El deporte es pasión, ilusión, emociones y motivaciónes.... Mueve a gran cantidad de seguidores o lovermarks que son fieles a sus camisetas, cánticos, rituales que acompañan a su equipo hasta el triunfo final. No siempre se gana pero ahí están los seguidores que acompañan a su equipo para lo bueno y lo menos grato.
No cabe duda de que el deporte rey es el fútbol que arrastra grandes sentimientos en los consumidores pero el gran triunfador del fútbol es todo lo que genera a su alrededor. Es espectacular los ingresos que mueven el fútbol con su venta de merchandising, derechos de televisión, derechos de imagen de los jugadores, ingresos por patrocinadores de marcas... Todo ello permite pagar los presupuestos de los grandes equipos y genera un valor añadido para los amantes del fútbol.
Pero no solamente el deporte gana en el caso de los actores principales que son los equipos ya que hay otros actores indirectos que ingresan gracias a este segmento y genera crecimiento en la economía de un país. Me refiero a sectores como el turismo, la hostelería, el transporte, etc... que también ingresan gracias al deporte en general y, en especial, al fútbol. También es cierto que el deporte genera empleo, seguramente precario y poco cualificado pero a fin de cuentas genera empleo.
Cierto es que el deporte en general es muy saludable para nuestras vidas pero también lo es menos para nuestros bolsillos. Eso sí, nos cuesta menos rascarnos el bolsillo cuando se trata de deporte y no de otra historia...
Por cierto quién se anima y se viene a la final de la Champios de Kiev...!
David Pasarín
Os dejo la siguiente noticia que habla de ello:
El deporte rige el mundo
Francisco R. Checa 12/04/2018
Andrés Iniesta en la final del Mundial de fútbol de 2010 entre España y Holanda |
El deporte es un torrente imparable de emoción y sentimientos capaz de llevarse por delante hasta el más racional de los mortales. Ese es su poder y su fuerza. Pero también es un gran negocio que mueve cifras astronómicas, con una capacidad innata de estimular el gasto de sus consumidores.
Les pongo un ejemplo. Hace unos años, y casi sin pensarlo, quien les escribe tiró de tarjeta movido simplemente por su corazón. Sin reparar en gastos, me lancé a comprar una entrada para una final de la Champions por casi 300 euros y a reservar el desplazamiento en avión por otros 600 euros. Para tal histórica final, había que ir vestido para la ocasión. Así que sumen a la cuenta la camiseta oficial del equipo con el nombre de la estrella de turno, la bufanda conmemorativa y hasta la funda del móvil. Y por si fuera poco, había que tentar a la suerte así que porqué no dar una oportunidad a la corazonada y apostar unos eurillos a que tu equipo saldría ganador. Una vez allí, de la cartera siguieron saliendo billetes para disfrutar de un día único de visita 'turística' en una de las capitales más caras de europa. ¿Por qué no? La vida son dos días y nunca se sabe cuándo vas a poder volver a una final.
No eché cuentas. Ni hacía falta. Estoy convencido de que ha sido el día de mi vida que más dinero me he gastado en menos de 24 horas, simplemente en ocio y una ilusión. Sin duda, fue la decisión de gasto más irracional de mi vida y de la cual, paradójicamente, no me arrepiento.
Valga este ejemplo, en el que pueden encontrar varios de los segmentos del negocio del deporte como el 'ticketing' y Match Day, turismo, artículos de merchandising o las apuestas, para ilustrar la fuerza de esta industria para borrar de la cuenta corriente mucho dinero en apenas unas horas. Esta situación, seguramente compartida por muchos aficionados, quedó plasmada en un inolvidable anuncio tan fiel a la realidad que imagino ya saben cuál es. ¿Recuerdan aquello "Y para todo lo demás, Mastercard'?
Vista esta experiencia, queda comprobado que, más allá de la pasión y el sentimiento, el deporte es un gran negocio que mueve números gigantescos. Vamos con varios ejemplos ilustrativos. Se estima que la industria deportiva, comprendida en deportes, eventos, infraestructuras, material, ropa y complementos, mueve entre 600.000 y 700.000 millones de dólares al año. O lo que es lo mismo, alrededor del 1% del Producto Interior Bruto mundial, lo que le convierte en uno de los principales motores económicos a nivel global.
Si nos detenemos en el peso que tiene el deporte rey en España, el fútbol, encontramos también que es un pilar destacado de la actividad económica de nuestro país. Los negocios indirectos vinculados al mundo del balón generaron más de 4.600 millones de euros, con la hosteleria, el turismo y el transporte como sectores más destacados, según un informe de OBS Business School que cifra el impacto que tiene el fútbol profesional en nuestro PIB en más del 1% y en más de 128.000 empleados en el mercado laboral.
Y si miramos el lado puramente comercial, el deporte es un auténtico filón para las marcas. El patrocinio es crucial a la hora de promover competiciones, financiar equipos y apoyar a los deportistas. Y este vínculo cada vez va a más. EAE Business School calcula que el patrocinio deportivo creció el año pasado a un ritmo del 4,5%, hasta la escalofriante cifra de 62.800 millones de dólares a nivel del mundial. Por poner esta cifra en perspectiva, en 2010 la inversión de los sponsors fue 'tan solo' de 46.300 millones de dólares, lo que supone un incremento del 35,6% en apenas siete años.
En la actualidad, la industria deportiva no se entendería sin la mercadotecnia que va de la mano con ella. Las marcas se rifan a las principales estrellas deportivas y buscan vincular su imagen al éxito y valores que transmiten a la sociedad las competiciones y protagonistas del mundo del deporte para ganar visibilidad y posicionarse en el siempre competitivo entorno empresarial.
Es evidente que el deporte es dinero. Y mucho. Pero el gancho, la magia y lo que atrae a las personas a disfrutar de este mundo son las emociones que la actividad deportiva, en sus múltiples aristas, es capaz de desatar en el ser humano. Pasión, esfuerzo, compañerismo, tesón, perseverancia, aprendizaje, liderazgo, victoria o derrota....estos son solo algunos de los valores y sentimientos que van asociados al deporte y su industria.
Hay una serie de HBO llamada Ballers que trata sobre la industria deportiva americana (y de la que un día os hablaremos más detenidamente). En una de las tramas, uno de sus protagonistas, una exestrella del fútbol americano reconvertido en un agente de deportistas, intenta convencer a un gran magnate del Juego de Las Vegas para que éste invierta su dinero en un nuevo estadio faraónico que lleve a una franquicia de la NFL a la Ciudad del Pecado. El empresario le pregunta directamente por qué debe invertir su dinero en esto. El exjugador del fútbol americano que ha dado el salto a la gestión, encarnado por el actor Dwayne Johnson alias 'La Roca, le da su razón en cinco palabras: "El deporte rige el mundo".
Viendo las emociones que desata el deporte entre la gente, el sentimiento que despierta el himno nacional entre miles de aficionados en un mundial, la lucha política de los países por albergar unos Juegos Olímpicos y la tensión diplomática que genera la exclusión de un país de la mayor competición del mundo, las audiencias millonarias que atraen los eventos a las televisiones globales o los millones de niños que sueñan con ser como Messi, Cristiano, Rafa Nadal o Lebron James, no se me ocurre una frase mejor que defina la importancia y el poder que tiene el deporte en nuestra sociedad. No hay duda, el deporte rige el mundo.
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